sábado, 9 de octubre de 2010

Nostalgias.


Recuerdos de mi mente se vuelven nostalgias, recuerdos de la infancia, de la adolescencia y de mi aun fresca juventud.

Recuerdos vagos, añoranzas del pasado, viejos amigos, viejos amores, recuerdos de familia; los recuerdos de las personas que adelantaron su paso por la vida, tristezas, alegrías, nostalgias, años de recuerdos vivos, palpables y fugaces, tantas risas, tantas lagrimas, abrazos de cumpleaños y de finales de años, amores de alcoba, veranos e inviernos, tardes de lluvia, noches solas, besos que terminaron en fracasos o en aprendizajes fracasados, tantos libros leídos y poemas escritos, tantos días de escuela, los paseos en bicicleta que provocaron las cicatrices en mis rodillas, la primer mascota y las demás, los viajes en tren, las sombras de los arboles, los besos, consejos y cuentos de mamá, los regaños de la abuela y las peleas en la escuela.

Las borracheras de desvelo, las bodas de los amigos que no son muchos, las fiestas de los parientes. Mi primer guitarra, las canciones que me hacían llorar, el amor que me traiciono, el fiel amigo con el que crecí, tantas travesuras, mi rebeldía de puberto, el arete, el tatuaje frustrado y la virginidad perdida.

Tantos recuerdos, viejos y nuevos, remembranzas que se vuelven nostalgias, lo que está por venir, lo que ya se fue, lo que escribo hoy, lo que escribí en el pasado.

Mi corazón se vuelve un baúl lleno de recuerdos y aun queda tanto espacio…

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