martes, 7 de septiembre de 2010

Poesia callada.


Silencio, tu silencio, mi silencio, nuestros labios encadenados, cerrados, impedidos de hablar; no dicen nada solo guardan silencio. Tu voz se ha perdido, mi voz no existe; me gritas, no te escucho, te grito, no me escuchas, son silencios rotos, son noches sin aliento, sin sonidos ni ruidos.

¿Los grillos duermen o emigraron a la luna?, el roce de mis manos en tu piel es un silencio frio, insistente, no cesa, el ruido que provocaba las lagrimas que nacieron de mis ojos murió, se apago, ya no se escucha.

Cuanto silencio rodea a nuestras horas, se ensordecen los oídos, los besos, las caricias; ¿Cómo hemos podido vivir con tantos silencios que ahogan las miradas?

Entre silencios se van borrando las memorias, se borran las pasiones y los sentimientos, callamos una vez más al silencio y olvidamos al olvido, se envejecen nuestros labios, te quedas callada, me quedo callado, el silencio tiene miedo, extraño tu voz. Me doy cuenta, no he pecado lo suficiente, tu silencio mata, mi silencio hiere, nuestro silencio sangra; háblame, escúchame, mírame abre tus ojos, te amo, sigo aquí a tu lado, en silencio, vivo por ti y para ti, rescinde este contrato de silencio no solicitado y vuelve de nuevo tu voz.

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