martes, 21 de septiembre de 2010

Soledad II.


Duele ver que te duela, duele sentir que ya no sientas, duele la vida, duele la tuya, agoniza en soledad. Abre tus ojos aunque los haya azotado la tempestad, cierra tus labios, no los abras, puede que duela más la realidad que la soledad.

“No te duele por no tener a quien besar, te duele más besar a la traición”, dirige tus pasos hacia otro camino, no el difícil, el del aprendizaje continuo; no abandones del todo tu soledad, aprende de ella búscala por un momento de tu día.

Estos son mis brazos, no están solos, los acompañan mis labios que también vivieron en soledad pero hoy están llenos de palabras y de cálido amor, son para ti, no es un regalo, simplemente son para ti, ¿no los quieres? No es problema aquí se quedan junto a mí, esperando de nueva cuenta en la estación del tren que viaja hacia la soledad, no es por siempre, esto no durara toda mi vida, ni la tuya lo hará, pasara de nuevo una y otra vez.

Duele ver si ya no te veo, duele sentir si ya no te siento, duele amar si ya no te amo, lo que ya no dolerá será mi bendita soledad.

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